La mezcla indeseada de leches de diferentes especies, la adición de suero o calostro a la leche son algunas de las adulteraciones que pueden aparecer en los productos lácteos. Esto conlleva no sólo la reducción de la calidad del producto final, sino que afecta a la confianza del consumidor o incluso supone un fraude económico.

El tipo de leche utilizada en la elaboración del queso aporta características organolépticas y de textura que contribuyen a la calidad e identidad del producto. Además, los quesos puros de leche de cabra, oveja o búfala, incluidos en denominaciones de origen (D.O.P), se ajustan a normativas específicas y siguen controles rigurosos. El control de la materia prima utilizada en la elaboración de los productos lácteos es por tanto fundamental no sólo para conseguir un producto de alta calidad sino también para evitar riesgos innecesarios. Con ayuda de los tests IC cualquier operario podrá verificar en unos minutos la pureza de la leche a la llegada a la planta o antes de la elaboración del queso.

Además, los test IC Quanti o RC te ayudarán a conocer el porcentaje de mezcla presente en la leche pudiendo gestionar adecuadamente tu materia prima. Con nuestras soluciones GMP y Calokit podrás verificar en tu laboratorio la ausencia de suero de leche o calostro evitando consecuencias legales derivadas de un uso fraudulento.